El destino nos ha puesto en el camino situaciones donde podemos colaborar con la música para ayudar al prójimo.

El ritmo nos conecta y es un patrón sonoro donde muchos podemos encontrar una conexión y maneras de reaccionar ante ellos.

El universo y la vida misma también se mueven a un ritmo que de alguna manera u otra nos podemos identificar y sentir nuestra conexión con esta.

Un facilitador musical te puede guiar a descubrir esta conectividad y a que identifiques tu ritmo interno.

Un facilitador musical te puede ayudar a crear un vocabulario rítmico y melódico que desconocías y seria como aprender un nuevo lenguaje solo que artístico.

Un facilitador musical te puede guiar a entrar al ruedo y a aportar con lo que tienes y poco a poco abrirte a descubrir la magia del tambor.

En el programa Música para Sanar hemos trabajado en conjunto con importantes organizaciones y entidades como Down Panamá, FANLYC, Jesús Luz de Oportunidades, Hogar la Divina Gracia, Hogar Luz y Vida, IPHE, entre otros,  llevando nuestro conocimiento y herramientas, para trabajar en conjunto con especialistas, explorando nuevas dinámicas en personas con discapacidad, capacidades especiales, y personas en riesgo social.

El tambor conlleva al movimiento físico y la coordinación corporal el cual activa partes del cerebro.

El canto en la música y la poesía en esta activa otras partes del cerebro.

La creatividad y el arte en la música activan otras partes también.

La música guiada en conjunto con especialistas de la psicología, la medicina, y terapias nos llevan a encontrar y explorar nuevas maneras de bienestar y de ayuda.

En cada taller que hacemos nos sorprende lo mágico de conectar con todas estas personas y ver los resultados positivo que nos ofrece la música; no solo para el que tiene una condición pero también para los que los cuidan, sus familiares y seres queridos.